
Cuidado de las manos: los mejores consejos
Es curioso, pero lo más probable es que nunca te hayas preguntado cómo son tus manos. Más allá de si son grandes o delicadas, por ejemplo, en lo que tienes que fijarte es en su tipo de piel y tus uñas. Estos dos elementos son determinantes a la hora de decidir el cuidado de las manos más adecuado a cada una de nosotras. Nos detenemos en analizar estos aspectos, así podrás dedicarles a tus manos el interés que se merecen.
¿Por qué crees que es importante el cuidado de las manos?
No pienses que es una obviedad que te hagamos esta pregunta, vas a ver cómo tiene todo el sentido. Normalmente, se relaciona el cuidado de las manos con una cuestión de estética, para que se mantengan más “bonitas”. Y, sin quitarle importancia a este asunto, lo cierto es que las manos deben cuidarse por motivos de salud.
Y es que, es una de las zonas que está más expuesta a toda clase de agresiones, no solo climáticas. También, están en contacto con productos químicos, por ejemplo de limpieza, o fuentes de calor, al cocinar, al planchar, al secarnos el pelo… Y, por supuesto, demasiado tiempo húmedas. Todas estas actividades hacen que se agrieten, les salgan ampollas, quemaduras y heridas o sufran de hongos. Infecciones y dolencias que nos pueden impedir llevar una vida normal o, incluso, trasmitirse a otras partes del cuerpo al tocarnos.
Cuidado de las manos: tipos de manos y cómo cuidarlas
Básicamente, las manos se diferencian unas de otras por el tipo de piel. Así, al igual que con el rostro y el cuerpo, podemos distinguir entre manos de piel resecas, manos de piel atópica y manos con exceso de sudoración. Hay que añadir las manos con piel hiperpigmentada. Nos centramos en los cuidados de las manos más problemáticas:
1. Manos de piel atópica
Estas manos son muy sensibles y tienden irritarse con mucha facilidad. Son más propensas a los eccemas y a las descamaciones. Si es tu caso, debes procurar que no estén mucho tiempo en contacto con agua, sobre todo, si está caliente o muy fría. Seca minuciosamente cada vez que las laves, con una toalla o paño suave. Cuando vayas a realizar tareas de limpieza, siempre ponte guantes. Usa solo jabones, cremas y cosméticos específicos para pieles atópicas.
La exfoliación es una herramienta esencial. Para las de piel sensible, lo mejor es aplicar una mascarilla casera de avena. Tan sencillo como hervir una taza de copos de avena en el doble de cantidad de agua. Una vez fría la pasta, extiende por las manos usando una gasa.
2. Manos hiperpigmentadas
Este problema, cuando no está relacionado con una patología dermatológica, aparece por un exceso de sol y, habitualmente, con el paso de los años como una de las primeras señales de envejecimiento cutáneo. Además de los cuidados generales de limpieza, secado, nutrición e hidratación, las manos hiperpigmentadas deben protegerse del sol con más intensidad.
También, existen tratamientos para proporcionar una mayor uniformidad al color. Te recomendamos dos mascarillas caseras:
- De patata: además de aclarar manchas, vas a conseguir una suavidad extraordinaria. Aplasta una patata cruda y mezcla con azúcar mascabado (2 cucharadas). Puedes añadir una cápsula de vitamina E, si tienes en casa. Deja puesta la mascarilla durante 10 minutos y retira con agua más bien fría.
- De arroz: la receta secreta de las mujeres asiáticas para tener ese cutis de porcelana que les ha dado fama, es válida para blanquear unas manos con manchas. Machaca una taza de arroz hasta conseguir una textura de polvo grueso, une medio pepino en puré y media cucharadita de aceite de rosa mosqueta. Basta con tenerlo puesto 10 minutos, una vez a la semana, para disfrutar de una transformación rápida de la piel de tus manos.
3. Manos con hiperhidrosis
Es fácil entender por qué este tipo de manos requiere de unos cuidados más intensos, ya que la sudoración constante hace que la piel esté constantemente húmeda y se vuelve más frágil y quebradiza. El problema de la hiperhidrosis no tiene una explicación clara. Es verdad que a todas nos suelen sudar las palmas de las manos cuando estamos muy nerviosas o estresadas, pero hay personas que sufren este exceso de humedad de manera continuada.
Sería importante descartar que hay un problema asociado, tanto de estrés o ansiedad, como alguna enfermedad, algo poco habitual. En general, lo más recomendado es que combatas el sudor excesivo de manos con sistemas de control naturales. Para las manos, prueba con una pasta de bicarbonato y zumo de limón. Debes extenderla por las palmas 10 minutos cada día. Se trata de una combinación con un alto poder antitranspirante que reduce la producción de sudor de las glándulas. No olvides hidratar, porque esa humedad no es hidratación, al revés, la piel está perdiendo agua.