
Hidratar y nutrir, ¿en qué se diferencian?
Cuando hablamos de los cuidados básicos que hay que darle a la piel, siempre citamos como imprescindibles la limpieza, la hidratación y la nutrición. Pero, ¿sabes cuál es la diferencia entre hidratar y nutrir? Como consideramos que es una duda muy frecuente, te damos la claves para que sepas lo que debes hacer en cada caso.
¿Es lo mismo hidratar y nutrir?
Ante esta pregunta, la respuesta es un no contundente. No es lo mismo hidratar y nutrir. Para aclarar la diferencia entre ambos conceptos, lo mejor es que recurramos a sus definiciones respectivas. Te lo decimos de una manera muy sencilla y coloquial y, después, aportamos una información más científica.
Hidratar es dar de beber a la piel y nutrir es proporcionarle alimento. Seguro que con este planteamiento tan simple, ya tienes clara la diferencia entre hidratar y nutrir. Si consultas a un dermatólogo, su explicación es algo más compleja:
- Hidratar es restablecer el grado de humedad de la piel o de cualquier otro tejido. La principal aportación de agua, la recibe la piel del propio organismo. De ahí que, en todos los consejos de belleza y rutinas para frenar el envejecimiento, siempre esté el de beber una cantidad adecuada de agua, alrededor de un litro y medio de agua. Sin embargo, la capa más superficial de la piel, la epidermis, recibe menos cantidad de esta agua. Por eso, hay que complementar su hidratación aplicando una crema.
- Nutrir implica aumentar la sustancia de un cuerpo, en este caso de la piel, dándole alimento. Mediante esta acción, lo que se consigue es regenerar las células, de manera que se mejora la barrera de protección frente a agresiones externas y se combate la deshidratación y la sequedad.
En conclusión, hidratar y nutrir son acciones distintas, pero complementarias. Es importante que conozcas tu piel para saber en cuál de estos dos cuidados tienes que insistir en cada momento, como vamos a explicar.
Cuando la clave es la hidratación
Realmente, hidratar es esencial siempre, en todo tipo de pieles y a cualquier edad. Cuando tienes un cutis sin problemas, para mantenerlo. Cuando comienzas a notar síntomas de sequedad, para frenarlos. Y cuando ya presentas señales de envejecimiento, todavía con mayor intensidad. Como ves, la hidratación es una necesidad constante de la piel, que a diario debe reponer su nivel óptimo de agua, para mantenerse sana y lucir su mejor aspecto. La pauta general es que, hasta los 30 años, lo que la piel necesita es más hidratación que nutrición. El gesto de ponerte una crema hidratante por la mañana debería ser suficiente para proporcionar el nivel de humedad adecuado.
Pero, hay épocas del año en las que la piel tiende a deshidratarse con mayor facilidad. El verano, por el exceso de sol, es uno de esos momentos más delicados. El viento, también, propicia que se reseque el cutis, así como pasar mucho tiempo en ambientes cerrados con aire caliente. En estos supuestos, es recomendable que aumentes la hidratación. Esta sería la propuesta de rutina de hidratación perfecta para esas situaciones, para pieles secas y para cutis maduros (a partir de los 50 años):
- Aplicar una loción sérum, que tiene un agradable efecto refrescante y prepara la piel para que absorba mejor el resto de productos.
- Ponerte un contorno de ojos, esta zona es una de las más delicadas y con mayor tendencia a resecarse, por eso necesita un cosmético específico. Basta poner unas pequeñas gotas y extender con pequeños golpes de dentro hacia fuera.
- Es el momento de pasar a la crema hidratante propiamente dicha. Elige una apropiada a tu tipo de piel y, como decíamos, siempre con SPF mínimo de 30.
Llega el momento de la nutrición
Salvo que presentes un problema de sequedad muy marcado, lo normal es que no necesites prestar mucha atención a la nutrición hasta que llegues a la treintena. Aun así, es muy beneficioso que nutras tu cutis lo antes posible. A diferencia de la hidratante, que se recomienda aplicar por la mañana, las cremas nutritivas son más efectivas si se ponen por la noche, sobre la piel limpia, para que actúen mientras estás durmiendo y aumenta la regeneración celular.
Es fácil distinguir una crema para hidratar de una nutritiva solo fijándote en la textura. Las hidratantes son más fluidas, mientras que las que nutren son más densas, porque contienen lípidos.
¿Cómo saber si necesito hidratar o nutrir?
Te hemos proporcionado unas pautas generales, pero lo cierto es que en temas de belleza y salud, siempre hay que tener en cuenta las circunstancias personales de cada persona. Por un lado, está el tema del tipo de piel que tienes:
- -Si tu cutis es graso, debes incidir sobre todo en la hidratación.
- -Las pieles secas necesitan siempre nutrirse, independientemente de tu edad.
- -Si se tiene piel mixta, lo ideal es adquirir una crema hidratante específica para este tipo de piel, porque ya incluye los ingredientes que necesitas para reequilibrar los niveles de grasa y humedad.
Pero, además, hay situaciones o etapas en los que, independientemente del tipo de cutis, este presenta un estado de deshidratación o desnutrición mayor. Son momentos en los que debes aplicar un tratamiento más intensivo. Estas son las señales de alerta en las que fijarte:
- Tu piel presenta poca flexibilidad
- Notas una incómoda tirantez
- Es áspera al tacto
- No tiene luminosidad
- Sientes picores
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